Emulsión, pomada, ungüento, crema o gel ¿Qué es mejor para la piel?

Para el cuidado de la piel tenemos un amplio abanico de opciones entre pomadas, cremas, geles y ungüentos que ayudan en el tratamiento y mantenimiento de las pieles secas o sensibles. A veces, resulta complicado saber cuál es la más adecuada para ti, pues depende del tipo de piel, su localización y el grado de irritación o daño en la piel. En este post te damos algunas claves para que entiendas la diferencia entre los distintos tipos de productos tópicos y te ayude a decidir cuál se ajusta mejor a tu necesidad.

Según su textura, su composición grasa y la proporción de aceite y de agua que los forman, podemos clasificar los productos de aplicación tópica en emulsión, ungüento, pomada, crema o gel. Toma nota de algunas particularidades interesantes:

Emulsión: Se trata de una composición de dos fases líquidas que no llegan a mezclarse, por lo que una fase se dispersa sobre la otra en forma de microgotas. Cuando el líquido que se dispersa en gotas pequeñas es aceite y el otro líquido es agua, hablamos de una emulsión O/A, del inglés oil in aqua (aceite en agua). Y cuando es al revés, hablamos de una emulsión A/O, del inglés aqua in oil (agua en aceite). En su aplicación en piel, la gama de productos de cuidado es amplia y variada en función del tipo de emulsión. La mayoría de cremas y lociones son emulsiones O/A y se utilizan en muchos productos cosméticos en los que se desea una textura ligera y que penetren más fácilmente en la piel. En cambio, las emulsiones A/O son más habituales para las pomadas y emulsiones que buscan una mayor potección, así como en los productos resistentes al agua.

Ungüento: Es una formulación muy grasa y emoliente. Como además, es oclusiva, no es adecuado aplicarla en zonas de la piel que estén infectadas. Es idóneo para pieles muy secas. Su acción es profunda.

Pomada: Más sólida que la crema, la pomada es una mezcla de una sustancia grasa y otros ingredientes que se usa como medicamento o cosmético. Tiene un alto contenido en aceite y bajo contenido en agua. Es emoliente y un buen lubricante, por lo que relaja y ablanda los tejidos, y además es refrescante. No es oclusivo, por lo que permite que la piel respire adecuadamente. Su aplicación es externa sobre la piel o mucosas. Su acción es profunda y tiene propiedad protectora, por lo que es una buena opción para pieles que han sido expuestas a factores externos sensibilizantes e irritantes. No se aconseja sobre zonas pilosas ni sobre piel infectada.

Crema: Es una mezcla emulsionada de agua y aceite. El tipo de emulsión, es decir, si es agua en aceite, o aceite en agua, hará que la crema sea más consistente o menos. Suele contener entre un 60% y un 80% de agua. Ideal para zonas muy inflamadas, húmedas, con vello, como las axilas y las ingles. Cuando se aplica sobre la piel, el agua se evapora, aportando una acción refrescante, mientras que el aceite cubre la piel, protegiéndola. Si tienen más proporción de aceite o fase grasa serán idóneas para pieles secas, sensibles y con tendencia atópica ya que proporcionarán mayor hidratación y nutrición.

Gel: Su aspecto es gelatinoso y transparente. Tiene un alto contenido en agua y muy bajo contenido en aceite. Cuando aplicamos un gel en la piel o mucosa, por efecto de la temperatura corporal, el gel se licua. Su acción es superficial y es adecuado para aliviar zonas de la piel que están sensibilizadas o inflamadas, así como zonas húmedas.

Además, existen formas galénicas innovadoras que combinan distintas propiedades y efectos. Es el caso del gel-crema, que es a la vez una emulsión de gel en aceite, muy emoliente pero no grasa, ideal para desarrollar un correcto cuidado de la piel en zonas pilosas, como la zona íntima.

Más allá del tipo de formulación, hay que tener en cuenta que las pieles sensibles deben contar con una hidratación permanente. Además, en determinados casos, como tras una exposición a factores externos agresivos –frío, nieve o viento– se aconseja aplicar una pomada protectora para pieles con tendencia a la irritación, así como en casos de pieles tatuadas. Y en casos de piel con tendencia a dermatitis atópica, en períodos de mayor sensibilidad, como puede ser entre brotes de atopía, es recomendable el uso de una crema específicamente diseñada para la protección y regeneración de pieles sensibles con tendencia atópica.

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